EL ESPÍRITU SANTO:

LA ORACIÓN es un lenguaje de amor, de corazón a corazón con Dios… No se trata tanto de fórmulas o métodos de técnicas; sino más bien de amor, de sinceridad, de apertura, de ser ante Dios transparentes, genuinos, pequeños, confiados.

Como la más tierna Madre, o el más amoroso Padre, Dios escucha el clamor de todos sus hijos e hijas; pero se requiere pobreza y pureza de espíritu.  Esto es, que el alma crea, experimente que genuinamente como criatura NECESITA DE DIOS y le clame pidiendo su AYUDA DIVINA, pidiendo SU AUXILIO; pero desde la HUMILDAD, desde el fondo del corazón… El alma sabe y experimenta que necesita de ÉL; pero que todo es gratuito, DON DE DIOS INMERECIDO.