Fe y Convicción INTRODUCCIÓN

Madre de la Fe Hermosa

Sabemos que la fe es un don gratuito que recibimos de Dios; como tal es una de las virtudes teologales que nos ponen en contacto con Dios por medio de la acción del Espíritu Santo.

Se requiere Fe para contemplar a Dios; para permitirle a Dios actuar en nuestras vidas. Este creer en Dios y confiar en Dios es lo que tantas veces Jesús nos pide en el Evangelio. Además, en estos tiempos de Misericordia Jesús nos llama a través del Diario de Santa Faustina a confiar en ÉL: “pinta una imagen así como me ves y firma Jesús, en ti confío.”

Observemos como nos pide no un decir de labios hacia fuera; sino más bien, un acto de voluntad libre, consciente, amoroso, real de confiar en ÉL.  Jesús nos está pidiendo un acto de voluntad genuino, auténtico de confiar en ÉL, de creer en ÉL, de creerle a ÉL; o sea,  no basta creer en Dios hay que creerle a Dios sus promesas, su mensaje, su Palabra.

Esto es lo que Jesús nos viene a pedir, lo que requiere de nosotros: VIDA DE FE. ¿No es esto lo que profesamos? creo en Dios…  ¿y de qué proporción o magnitud debe ser está fe que se requiere para permitirle a Dios ser Dios en nuestra vida? Jesús mismo nos lo dice: “si tuvieras fe como un granito de mostaza.”

Sí, es algo tan pequeño lo que Dios nos pide para poder ÉL actuar en nuestras vidas, para poder ÉL como verdadero Dios transformar nuestras vidas con Su Presencia como nos lo promete: “He venido a darles vida y vida en abundancia.”

Descarga PDF DE REFLEXIÓN COMPLETA haciendo CLICK:

curso-fe-y-conviccion-introduccion

  INTRODUCCIÓN Fe y Convicción (7 PÁGINAS)